El interés de María José Chica radica en la noción de cómo el tiempo y la rutina son representados a través de la pintura y sus posibilidades formales. Le interesa plasmar los espacios domésticos que habita y cómo los objetos y su uso crean nuevos significados y relaciones. Estos objetos, en su aparente quietud, dan cuenta de una vida, del paso del tiempo y de las formas de apropiación de los espacios.
Como formas de medir el tiempo, Chica explora las rutinas, horarios, formatos y dinámicas institucionales que limitan a los seres humanos a seguir instrucciones y realizar acciones repetidas que se convierten en fórmulas (la vida como ecuación geométrica). Por otro lado, le gusta pintar desde el punto de vista opuesto: el tiempo misterioso, natural y cíclico que escapa a nuestro control, el tipo de tiempo que existe en la vida lo queramos o no. La forma en que crecen las plantas, el ciclo de los días y las noches, el tiempo del universo.