David Julián Cortés explora la pintura como un espacio de intersección entre el color, la materialidad y la memoria cultural. Su práctica se nutre de la tradición textil de Boyacá, su región de origen, donde el tejido no solo es un oficio artesanal, sino un lenguaje visual y simbólico. Desde una perspectiva que desdibuja las fronteras entre arte y artesanía, su obra transforma materiales tradicionales—costal, gobelino, yute, lienzo y telas bordadas—en superficies pictóricas que evocan paisajes, estructuras y ritmos visuales.
A lo largo de su trayectoria, Cortés ha desarrollado un enfoque que dialoga con la historia del arte y los sistemas de producción artesanal, incorporando referencias tanto de la abstracción moderna latinoamericana como de las prácticas textiles ancestrales. Influenciado por el arte de posguerra, reconoce la materialidad como un componente esencial en la construcción conceptual de sus piezas. Su trabajo se articula en torno a la tensión entre estructura y gesto, entre patrones geométricos y la espontaneidad del color, explorando la urdimbre no solo como una técnica, sino como una metáfora del tiempo, el territorio y la memoria.
David Julián Cortés explores painting as a space of intersection between color, materiality, and cultural memory. His practice draws on the textile tradition of Boyacá, his region of origin, where weaving is not only an artisanal craft but also a visual and symbolic language. From a perspective that blurs the boundaries between art and craft, his work transforms traditional materials—sackcloth, tapestry, jute, canvas, and embroidered fabrics—into pictorial surfaces that evoke landscapes, structures, and visual rhythms.
Throughout his career, Cortés has developed an approach that engages with art history and artisanal production systems, incorporating references from both modern Latin American abstraction and ancestral textile practices. Influenced by postwar art, he recognizes materiality as an essential component in the conceptual construction of his pieces. Her work revolves around the tension between structure and gesture, between geometric patterns and the spontaneity of color, exploring the warp not only as a technique, but as a metaphor for time, territory, and memory.