1998, Duitama, Colombia.

Vive y trabaja en Bogotá, Colombia.

David Julián Cortés explora la pintura como un espacio de intersección entre el color, la materialidad y la memoria cultural. Su práctica se nutre de la tradición textil de Boyacá, su región de origen, donde el tejido no solo es un oficio artesanal, sino un lenguaje visual y simbólico. Desde una perspectiva que desdibuja las fronteras entre arte y artesanía, su obra transforma materiales tradicionales—costal, gobelino, yute, lienzo y telas bordadas—en superficies pictóricas que evocan paisajes, estructuras y ritmos visuales.

A lo largo de su trayectoria, Cortés ha desarrollado un enfoque que dialoga con la historia del arte y los sistemas de producción artesanal, incorporando referencias tanto de la abstracción moderna latinoamericana como de las prácticas textiles ancestrales. Influenciado por el arte de posguerra, reconoce la materialidad como un componente esencial en la construcción conceptual de sus piezas. Su trabajo se articula en torno a la tensión entre estructura y gesto, entre patrones geométricos y la espontaneidad del color, explorando la urdimbre no solo como una técnica, sino como una metáfora del tiempo, el territorio y la memoria.