Ricardo Muñoz se interesa por explorar asociaciones entre lenguajes gráficos de fuerte carga anecdótica desde el humor, el cinismo y la deformación alegórica. A lo largo de su producción artística ha indagado sobre la iconografía y la gráfica occidental de dibujos infantiles, de forma tal que reinterpreta los contenidos y subvierte su visualidad a un grado de perversión. Lo anterior sucede gracias al uso de literatura ligada al mundo de la psicodelia, el punk, la pornografía y las subculturas, tamizado por la reflexión autobiográfica para permitirse construir universos simbólicos que amplían las posibilidades de los medios discursivos implicados en su obra de creación, como lo son: La fotografía, el dibujo, el video y la pintura entre otros. Lo anterior señala el uso desmedido y saturado de las superficies permitidas desde la experiencia estética, a través de yuxtaposiciones absurdas y sórdidas de íconos del arte con signos triviales pertenecientes a la cultura popular y underground, acentuando tensiones dialécticas entre lo público y lo privado, lo culto y lo marginal.