Con un pie en la tierra
Iñaki Chávarri (b.1982) & Adriana Rosell (b.1988)
La muestra presenta el trabajo de Iñaki Chávarri (Madrid, 1982) y Adriana Rosell (Caracas, 1988) hecho ex profeso para la ocasión: la primera residencia artística en SKETCH. Se trata de una serie de dibujos, esculturas e instalaciones que dan forma a las preguntas: ¿Y si somos un recurso más que la naturaleza utiliza para transformarse? ¿Qué nos hace pensar que el impacto del humano en el entorno no es una extensión de la inteligencia natural? ¿Por qué limitamos la idea de fragilidad ambiental sólo a la naturaleza, entendida como algo externo y dependiente de la especie humana? ¿No es acaso el acto de intentar salvar el planeta una postura profundamente egoísta?
Los geólogos han clasificado la vida de la tierra en varias eras. Ahora estamos en el Antropoceno, donde el ser humano se convierte en una fuerza geológica con el poder de generar impacto y transformaciones sobre el planeta, poniendo de nuevo a nuestra especie como el agente protagonista del entorno. En la búsqueda de otras perspectivas, “Sheila Jasanoff propone el término de coproducción, donde los órdenes sociales y naturales no están separados, sino que se determinan y coproducen el uno al otro”[1]. Por ejemplo, se reconoce al río Atrato como sujeto de derechos en esa actualización de paradigma. [2]
En consecuencia, pensarnos desde otro lugar implica relacionarnos con las circunstancias (visuales, conceptuales, físicas) humanas y no humanas del entorno de una manera diferente para crear acuerdos que nos permitan transcurrir en la Red de Vida [3], donde ningún hecho puede considerarse como un elemento aislado.
Desde esta perspectiva, las prácticas de los artistas se resignifican y nos invitan a cuestionar nuestra manera de existir en el mundo. Por un lado, Rosell nos deja ver la fragilidad y posibilidad de transmutación de los paisajes como el páramo. Ella reivindica lo pequeño como valioso en un mundo interrelacionado, para decirnos, en definitiva, que no existen elementos solitarios, protagónicos o inmutables. Chávarri, por el otro lado, pone en duda la escisión naturaleza-humanidad y propone situaciones que señalan la fragilidad de la especie humana intentado generar una tensión corporal propia de la amenaza.
Con un pie en la tierra pretende afectar nuestro pensamiento como humanos e intenta llevarnos a controvertir nuestro rol como especie y, finalmente, a reflexionar sobre la civilización autorreferencial que hemos construido.
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[1] Everaldo Lamprea. El derecho de la naturaleza. Una aproximación interdisciplinaria a los estudios ambientales. Siglo del Hombre Editores. 2018.
[2] La Corte Constitucional, mediante la sentencia T-622 de 2016, reconoce al río Atrato como sujeto de derechos con miras a garantizar su conservación y protección.
[3] Para Humboldt, todos los fenómenos observables, desde el desprendimiento de una capa de hielo en Groenlandia hasta la huella ambiental de un ciudadano en Bogotá, están conectados en una vastísima Netz des Lebens. Everaldo Lamprea.
With one foot on the ground
Iñaki Chávarri (b. 1982) & Adriana Rosell (b. 1988)
The show presents the work of Iñaki Chávarri (Madrid, 1982) and Adriana Rosell (Caracas, 1988) done ex profeso for the occasion: SKETCH’s first artists-in-residence. We have here a series of drawings, sculptures and installations giving form to the question: What if we are one more resource that nature uses to transform itself? What makes us think that the impact of humans on the environment is not an extension of natural intelligence? Why do we limit the idea of environmental fragility to nature only, understood as something external and dependent on the human species? Isn’t the act of trying to save the planet a profoundly egoistic stance?
Geologists have classified life on earth into several eras. We are now in the Anthropocene, where human beings have become a geological force with the power to generate an impact on and transformations of the planet, once again placing our species as the leading agent of the environment. In a search for other points of view, “Sheila Jasanoff proposes the term co-production, where the social and natural orders are not separate but each determines and co-produces the other”.[1] For instance, the Atrato River is recognized as a subject of rights, in this update of the paradigm.[2]
In consequence, to think of ourselves from a different place implies relating to the surrounding human and non- human circumstances (visual, conceptual, physical) in a different way, to create agreements that permit us to flow in the Network of Life [3], where no fact can be considered as an isolated element.
From this angle, the practices of the artists are re-signified and invite us to question our manner of existing in the world, On one hand, Rosell makes it possible for us to see the fragility and possibility of transmutation of landscapes like the paramo, the highlands. She lays claim to the small as something of value in an inter- related world, to tell us, definitively, that there are no solitary, leading or immutable elements. Chávarri, on the other hand, places in doubt the division ‘nature-humankind’ and proposes situations that point to the fragility of the human species trying to generate a corporal tension that is part of the threat.
“With one foot on the ground” intends to affect our thinking as humans and tries to lead us to controvert our role as a species and finally, to reflect on the solipsistic civilization that we have constructed.
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